La Oracion a San José
Dentro de la Iglesia Católica y el Cristianismo se han revelado diversas historias de San José a medida que se desarrolló su culto. Este fue un joven carpintero nacido en la ciudad de Belén, el tercero de tres hermanos y su padre llevaba por nombre Jacob. Estuvo la mayoría de sus años de vida en Nazaret y según la tradición, a la edad de treinta años, fue llamado junto con otros jóvenes solteros, por sacerdotes al templo para tomar una esposa.
Los párrocos ofrecieron a cada uno de los aspirantes una rama y comunicaron que la Virgen María habría de casarse con aquel cuya rama desarrollase un brote. Sólo la rama de José prosperó y de ese modo fue reconocido como novio destinado por el Señor a la Santa Virgen.
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Oraciones a San José disponibles
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La alabanza a Dios y a San José no tiene limite, por lo tanto, podemos disfrutar de excelente oraciones en el siguiente video:
San José en la historia
José fue modelo de padre y esposo, patrón de la Iglesia Universal, de los trabajadores, de infinidad de comunidades religiosas y de la buena muerte. Era el padre putativo de Jesús, ya que él fue la persona que, según la tradición cristiana, Dios eligió para asumir el rol paterno y así constituir una familia.
Él es uno de los personajes más importante en la historia cristiana, lo describían las escrituras como un hombre justo, caracterizado por dar un buen trato a todos sus allegados y familiares e inclusive trató de dar el máximo respeto y lealtad a María.
Oraciones a San José
San José constituye uno de los tres pilares que componen la familia cristiana. Es por eso el santo que más cerca está de Jesús y de la Santísima Virgen María. Era un hombre de oración y fue quien enseñó a Jesús a usar las palabras humanas para hablar con Dios.
También llamado el “Santo del silencio” pues se no se conocen palabras expresadas por él, tan solo sus obras, sus actos de fe, amor y de protección como padre responsable del bienestar de su a esposa y de su hijo. José fue “santo” fue un “escogido” de Dios. Desde el principio recibió la gracia de discernir los mandatos del Señor.
Durante la historia y el estudio religioso a San José se han creado diversas oraciones a este beato y entre ellas te dejamos las siguientes:
Súplica a San José
San José, fiel custodio del hijo de Dios hecho hombre, con humildad te suplico me asistas desde los cielos, tú que eres dispensador de las gracias del rey de los cielos, reparte tus milagrosas bendiciones entre los que te amamos, y puesto que tienes el poder de hacer posibles las cosas, que a nosotros nos resultan imposibles, ven a mi ayuda y concede paz y alivio a mi corazón.
San José glorioso y bienaventurado, que estás lleno de entrega y caridad con los que a ti acuden y siempre pendiente de nuestras necesidades y dificultades, ruega por que haya unión, amor y fidelidad en mi hogar, en mi trabajo y mi entorno. Mi confianza en ti es inmensa y mi fe en ti es muy fuerte, por ello te presento con gran esperanza mis angustias, Amén.
Peticiones difíciles, imposibles y urgentes
San José, fiel cumplidor de la voluntad de Dios hiciste lo que te dictó el Ángel del Señor. San José, hombre justo lleno de amor que inspirado en el amor gratuito de Dios te hiciste custodio fiel de la Virgen María y el Niños Jesús. Modelo de Padre, patrón de la Iglesia Universal Llamado “Santo del Silencio” pues no se conocen tus palabras.
Bendito San José varón prodigioso escogido de Dios para ser el esposo de María Santísima y hacer las veces de padre de Jesús en la tierra, tú que recibiste extraordinarias gracias, que sufriste junto a María por las necesidades de tu hogar; acógeme bajo tu patrocinio, dame tu singular protección y escucha mis peticiones.
Glorioso Patriarca San José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de agobio y dificultad. Toma bajo tu amorosa atención las penurias tan serias y difíciles que con gran esperanza te encomiendo a fin de que tengan una rápida y favorable solución.
Oración de cada miércoles a San José
San José ruega a Jesús que venga a mi corazón y lo inflame de caridad.
San José ruega a Jesús que venga a mi inteligencia y la ilumine.
San José ruega a Jesús que venga a mi voluntad y la fortalezca.
San José ruega a Jesús que venga a mis pensamientos y los purifique.
San José ruega a Jesús que venga a mis acciones y las ordene y con esto me haga un hombre de bien. Amén
Oración a San José para diferentes situaciones y problemas
San José, tú que eres el padre de Nuestro Señor te suplico que no me falte la fortaleza y valentía para afrontar y solucionar los problemas más graves que se me presenten. Tú que naciste en el reino terrenal. Te pido dispongas de mi destino en caso tal que lo merezca. Protégeme de todo mal y peligro, amén
Milagros atribuidos por San José
Los milagros por intercesión de San José, el esposo de María y padre adoptivo de Jesús son incontables. Porque este justo santo está más cerca de Jesús que ningún otro. Entre algunos milagros que se conocen alrededor del mundo se encuentran:
– En Shangai (China) en 1934. El abogado, Lo Pa Hong, cristiano fervoroso y padre de nueve hijos, vuelve a su casa al atardecer y ve a un hombre tendido en el suelo.
Llama a una ambulancia para trasladarlo al hospital más próximo, pero no lo quieren recibir. Entonces, el buen hombre lo carga sobre sus hombros y lo lleva a su casa para cuidarlo. Y a partir de ese día, piensa en construir un hospital para enfermos pobres.
Conoce un cementerio abandonado, que sirve para depurar aguas negras. Allí durante la noche, iban algunas mujeres para dejar abandonados a sus hijos recién nacidos. El abogado, compra el terreno y comienza la construcción; pero detiene la infraestructura por falta de dinero. Este se encomienda a San José y coloca su imagen en medio del terreno, pidiéndole que lo ayude. Y milagrosamente comienza a pedir fondos en diversas partes y recibe mucho dinero que, no sólo pudo terminar la construcción del hospital, sino que siguió edificando más hospitales.
– En España durante los años 40 se relata la presencia de San José en diferentes hechos milagros. Una de ellos, fue la del señor Castro, fiel devoto de San José y allegado a la iglesia Católica, se hallaba muy enfermo y su fuerza comenzaba a flaquear. En ese momento sólo quería que el párroco del templo más cercano, llegara a su casa para darle el sacramento de la extremaunción. Sin embargo para aquellos tiempos era muy difícil trasladarse a distancias durante la noche, por ello el sacerdote no pudo atender de inmediato aquel llamado. Simple y sencillamente todo indicaba a que el enfermo se iba de este mundo sin aquel auxilio tan reconfortante para él como para sus familiares que se quedarían rogando por su alma.
Mucho antes de amanecer, se escucharon ruidos en la ventana de madera de la casa del enfermo. Era el sacerdote que llegaba bajo lluvia y frío tras haber sido avisado por un humilde hombre de barba y sombrero, de las condiciones en que se hallaba su compadre. Las personas de la casa se preguntaban quién pudo haber sido aquel hombre que avisó al párroco en tan corto tiempo, simplemente a nadie se le había pedido o encomendado aquello, mucho menos a alguien desconocido, pues el sacerdote conocía a sus feligreses y aunque el rostro de aquel hombre desapareció en cuanto le comunicó la noticia, le parecía un familiar y le inspiraba confianza, simple y sencillamente estaba seguro que nunca lo había visto por esos rumbos.
El enfermo recordó el rostro de la imagen a la cual tantas veces había orado durante sus vistas a la capilla de San José y le preguntó la vestimenta de aquella persona que le había dado aquel mensaje. El padre de la iglesia respondió, que vestía muy humilde en inusuales colores amarillo y verde. El enfermo sonrió y aseveró que San José le había hecho el milagro de recibir una muerte tranquila. Esta leyenda fue publicada en libros y monografías del profesor de teología Rafael Barboza.
Santo Patrono
San José vivió con gran fidelidad la gran misión que Dios puso en sus manos. Por ello y por su labor cada 19 de marzo se festeja en su nombre, esta celebración litúrgica fue instituida en el año 1955 por el Papa Pío XII. Su veneración se remonta al menos al siglo IX.
De acuerdo a sus días de festejos se habla que son dos días el 19 de marzo y la fiesta de San José obrero que se celebra el día Internacional del trabajo, que es el 1 de mayo.
Según las historias tiene múltiples “patronazgos” pues es considerado el patrón de la Iglesia Universal, la familia, la buena muerte las mujeres embarazadas, los viajeros, inmigrantes, y trabajadores.
Más que un culto
Sabemos que la teología, es el estudio acerca de las divinidades de una creencia religiosa y dentro de esas disciplinas, son conocidas la cristología y mariología; pero también se encuentra las Josefología.
San José ha sido una figura de interés teológico durante siglos. Desde el siglo XX algunos creyentes comenzaron a recoger opiniones de la iglesia acerca de este personaje y desde ese momento se comenzaron abrir diversos centros de estudio dedicados a descubrir la vida y obra de San José, específicamente en Italia, España y Canadá.
¿Qué nos enseña San José?
Dentro de las santas escrituras no se han encontrado palabras sabias del gran San José. Este silencio es muy persuasivo, pues nos enseña una actitud fundamentalmente para entrar en profunda oración y escuchar “en silencio” lo que nos dicta Dios.
Ante constantes bombardeos, a veces se nos olvida o se nos hace imposible escuchar la palabra de Dios. También el silencio de San José nos enseña la importancia de cumplir la voluntad del Señor.
San José fue vivo ejemplo de ser un protector familiar, él bajo el mandato del Padre Celestial viajó con el frío, el viento y una mujer embarazada, solo para cumplir una profecía. Defendió y salvó al niño Jesús de las amenazas de asesinato por parte del rey Herodes y ante tantas dificultades, se mantuvo de pie.
Es por ello, que San José se convirtió en el santo suplidor pues dejó una gran enseñanza que es que la verdadera alegría y la felicidad no proviene de las posesiones, sino de poseer a Dios.
San José nos recuerda la dignidad del trabajo
José fue un hombre trabajador desde su niñez, laborando como carpintero en la ciudad de Nazaret. Sabía lo que era el trabajo duro y bajo su obediencia hacia Dios conoció lo que era vivir del proveer del Señor.
Las historias relatan que fue hombre obrero, de martillo y de sierra. Su vida era de trabajo. Amaba su trabajo y llevar el pan a la mesa de su familia, recordando siempre el mandato del señor. No se puede imaginar disgustado por su humilde labor, entregándose a ella de mala gana, desdeñando su trabajo, o interrumpiéndolo, para holgazanear.
¿Y de esta manera no deberíamos representarnos? Si, sin duda alguna San José fue el vivo ejemplo de la fe en Dios y de sus manos. Porque su profesión era, para él, la voluntad de Dios. Si hubiese recibido hectáreas para cultivar o rebaños para cuidar, habría sido igualmente, buen labriego y un excelente pastor. Y sencillamente, porque lo hacía con amor, con el amor de Dios.
San José es el modelo de la indiferencia en la elección de una labor, ya que fue modelo de abnegación. En él se reflejan y nos transmiten sentimientos legítimos, pues el disfrutaba su tarea bien hecha. Pero realmente su regocijo era hacer la voluntad de Dios.
Por ellos es importante preguntarse ¿Yo trabajo con espíritu de fe? ¿Observo mi labor como la voluntad de Dios? ¿Busco sólo mis deseos y ambiciones en el cumplimiento de mis obligaciones profesionales? Es preciso reflexionar y comprender lo poderoso que es San José pues enseñó a Jesús, a tomar amor y coraje por el trabajo.